el sandwich más tierno del mundo

lo que empecé ya se hace viejo pero no caduca.

paso un kiosco con fotos retro y el mundo ya no es tan moderno,
me pido un pincho de tortilla con bravas
y echo de menos que me robes la comida…
luego te comería toda en la cocina.
al final del día vuelvo a casa
y sólo quiero comer
contigo o sin ti.

juzgar los polvos que hacen que el tiempo sea un círculo
que empezó sin aviso y que siento que no se cierra
y si fuese esperma moriría en la garganta
antes que alcanzar el óvulo.

abrir un tarro de mermelada para no romperte la cabeza
en abrir mi cabeza.
cuando estoy ebrio la mujer es una botella,
cuando estoy empanado se me pasa el arroz
y hoy, simplemente no estoy.

hay que comprender a los peces
cuando tienes antojo de sirena con piernas.
no hago caso al pack Heineken de oferta
si me apetece algo con cuerpo y espuma, es decir:
irme a la playa contigo de vacaciones.
el marketing satisface o crea necesidades pero
odio poner un precio con rostro,
echar las cuentas,
mirar mi cartera
y sentirme vacío como ella.

las sobras que no comas las meto al frigo,
hay un cachito de mi corazón en tupper
y es que para querer todo vale…
jurarnos amor
en el puente de la calle 6 de L.A.
antes que en el puente Milvio.

desenvolver el nylon del invierno que nos envuelve
y hacer pizzas caseras para cenar juntos.
eres una ensalada caníbal que curas mis moqueos
y no pienso tomar paracetamol con velas
o mirar a los lados con un semáforo verde estancado.

ya te lo digo como dice la canción de Rú:
voy a comerte…
porque tú

eres el sandwich más tierno del mundo.

Kuniko.be (Flickr) licensed by CC BY-NC 2.0